Fundada sobre la base de el denominado Seminario de Artes y Oficios de Henry van de Velde, la escuela Bauhaus fue creada por Walter Gropius al fusionarse la Escuela de Artes y Oficios con la Escuela Superior de Bellas Artes de Weimar.
Su origen iba unido a la reforma educativa alemana destinada a reconciliar la educación artística con la producción artesanal, distanciadas entonces amb la revolución industrial. Un intento ya insinuado anteriorment por Ruskin o William Morris y el movimento Arts&Crafts.
El objetivo supremo de toda actividad creadora es la arquitectura.
Manifesto de la Bahaus, 1919
El nombre completo de la escuela «Staatliche Bauhaus» dejaba claro que estaba financiada por el Estado y que, por tanto, debía ser una institución de orden (pero no fue el caso).
De este hecho hace este año 10 años y Alemania celebra su cumpleaños bajo el lema «Volver a concebir el mundo».
Así pues, en 2019 es el gran año de la Bauhaus y el centenario se celebra en las tres ciudades que la acogieron: Weimar, Dessau y Berlín. Las tres entidades que actualmente velan por su legado son la Fundación clásica de Weimar, la Fundación Bauhaus Dessau y el Archivo de la Bauhaus-Museo de diseño en Berlín.
Como culminación, Weimar y Dessau inauguran nuevas sedes para sus museos, ya que la falta de espacio sólo permitía mostrar una parte limitada de sus colecciones. Se convocaron dos concursos internacionales para la selección del equipo redactor de los proyectos. A Dessau fue seleccionada la propuesta del equipo de arquitectos Adenda de Barcelona y la arquitecta berlinesa Heike Hanada es la autora de la propuesta ganadora en Weimar.
El estudio Adenda arquitectos nace de esta primera y exitosa experiencia del concurso, formalizándose este colectivo integrado por Roberto González, Anne K. Hinz, Cecilia Rodríguez, José Zabala y Arnau Sastre. Lo que los une es una filosofía común de estudio colaborativo que comparte principios y métodos.
El Informativo les ha planteado unas preguntas:
– ¿Cuáles eran las premisas de base del concurso?
Diseñar un museo que cumpliera con las expectativas de la Fundación Bauhaus Dessau, dedicado a mostrar la colección (actualmente almacenada en un edificio antiguo) y ponerla en valor, con espacios dedicados a exposiciones temporales y actividades educativas vinculadas al museo (eventos, talleres, etc.). Todo ello desde la consideración de un edificio que respondiera a la pregunta «¿qué es la Bauhaus del siglo XXI».
– Conocía los principios y la filosofía de la Bauhaus? ¿Qué opináis?
Sí, claro conocíamos el movimiento, aunque por nada nos consideramos expertos en la materia. A medida que hemos ido colaborando con el cliente hemos tenido la oportunidad de ir asimilando la cultura de la Bauhaus y tener una opinión sobre ella en un contexto más amplio. Para nosotros es un movimiento cultural generado y difundido desde un contexto educativo (su origen se remonta a una escuela de artes y oficios) impulsado por unas ambiciosas ideas de progreso y renovación social aplicadas al diseño y la producción material.
– ¿Qué influencias de estos principios podrían encajar con tu arquitectura del Museo?
Hay un fuerte componente formal (la simplicidad y búsqueda de lo esencial) con la que nos sentimos identificados, seguramente por un interés en los productos y sistemas industriales, la idea del seriado y la repetición. También pensamos que la arquitectura moderna ya es parte del imaginario popular, estamos muy interesados en desarrollar la capacidad del edificio como elemento comunicativo, comprensible y al servicio de las personas.
– ¿Cómo habéis coordinado el proyecto y las obras Barcelona-Dessau?
Tenemos un socio local que nos da soporte técnico y se encarga de la supervisión diaria en obra y de las fases más complejas desde el punto de vista administrativo o que requieren un conocimiento muy específico. La redacción del proyecto lo hemos hecho desde Barcelona (desde el anteproyecto hasta el ejecutivo). En función de la fase del proyecto nos reunimos con el cliente y / o especialistas en Alemania con más o menos frecuencia, como mínimo una vez cada dos semanas.
– ¿Qué novedades (constructivas, funcionales, sociales, etc.) y qué cualidades aporta hoy su obra de Dessau?
El edificio original de la Bauhaus en Dessau está en el extremo noroccidental de la ciudad. Esperamos que la construcción del museo en el parque central, cerca del ayuntamiento y la iglesia (Marienkirche), ayude a la reactivación de la zona. Sólo el atractivo y la expectativa de que puede generar un museo de la Bauhaus en Dessau supone una contribución importante a los efectos de las «Shrinking Cities» (ciudades que encogen), o el fenómeno de despoblación progresiva producida en muchas ciudades de Alemania del Este como consecuencia de la reunificación (caída del muro de Berlín). Desde el punto de vista constructivo, se trata de un edificio con una estructura puente de hormigón de más de 50 metros de luz entre apoyos y voladizos de 19 metros en los extremos. La fachada cuenta con un sistema de ventilación natural sin aberturas visibles desde el exterior, el intercambio de aire se produce gracias a unas compuertas situadas en la parte más baja (zanja bajo el nivel de calle) y más alta de la fachada (cubierta). El espacio de la planta baja, entre el parque y la calle, tiene un gran potencial como espacio de interacción social para la ciudad. Un lugar fácil de acondicionar para exposiciones, eventos o simplemente, para el encuentro ciudadano.
– ¿Cómo cree que las ideas de la Bauhaus han evolucionado hasta hoy?
Opinamos que la cultura del diseño fomentada desde esta escuela ha influido en la forma de relacionarnos con los objetos. Si en sus orígenes, la Bauhaus produjo piezas de mobiliario, vestuario, accesorios o edificios, en la actualidad su producción tiene más que ver con la difusión cultural y la transmisión de valores que fomenten la convivencia y el progreso social, vehiculados desde el diseño y la arquitectura.
Partir de cero: La reconstrucción del mundo con la Bauhaus
Construir es crear eventos
Walter Gropius (1883 – 1969), arquitecto y director fundador de la Bauhaus
La Bauhaus se fundó en Weimar en 1919 por el arquitecto Walter Gropius. Pese a que su impulsor fuera arquitecto y su gran influencia en esta disciplina, la arquitectura no tuvo un departamento dedicado a ella en sus primeros años de la escuela.
La primera etapa se desarrolló desde su apertura en 1919 hasta 1923. Había nacido la primera escuela de Diseño de la historia. Se trata del período más romántico e idealista que vivió la Bauhaus. El manifiesto de la Bauhaus ya dejaba intuir sus pretensiones: recuperar la artesanía como arte y unir arte y artesanía. Gracias a la producción industrial, los productos que salieran de esta armonía podrían ser asequibles y consumidos por el gran público.
Los alumnos tenían que hacer un curso preliminar llamado «vorkurs» creado por Johannes Itten en el que se comprobaban sus aptitudes. En él los estudiantes tomaban contacto con las diferentes especializaciones bajo la metodología del «aprender trabajando». Los alumnos conseguían una formación en las diferentes áreas y conseguían orientarse en su camino artístico. La clase de teatro de Oskar Schlemmer era importante dentro de la escuela por ser una actividad social donde aparecían diferentes medios de expresión. Paul Klee y Kandinsky también se unieron a la escuela en esta primera etapa.
La segunda etapa abarca los años de 1923 hasta 1925. El fundador del neoplasticismo, Theo van Doesburg, creó la revista y el movimiento «De Stijl» y dio algunas conferencias en la escuela que influyeron en ella. La Bauhaus cambió de rumbo y en 1923 abrió paso a la Nueva Objetividad. También le llegaron las ideas del constructivismo gracias a la incorporación como profesor de László Moholy-Nagy. En este cambio de tendencia, la Bauhaus cambió el logo (más influido por el neoplasticismo y no tan expresionista como la anterior). La escuela ya es mecánica, con formas geométricas, colores puros, hace verdaderamente un giro y en 4 años, la Bauhaus había viajado del romanticismo expresionista a la racionalidad técnica.
No son los que ignoran la escritura, sino los que ignoran la fotografía quienes serán los analfabetos del futuro
László Moholy-Nagy (1895-1946), fotógrafo, pintor húngaro y maestro de la Bauhaus
La crisis económica y política en Weimar obligó a un cambio de ubicación inminente y la escuela se trasladó a Dessau. En Dessau, El gobierno socialdemócrata aportó fondos para la construcción de un nuevo edificio, dándole así un nuevo impulso a la escuela. La sede se inauguraba en 1925 como símbolo de una nueva esperanza y una recobrada vitalidad, 8 años después del estallido de la I Guerra Mundial. El edificio se convirtió en mítico y la mejor materialización de sus principios (parecía más un laboratorio que una escuela de arte).
Estos cuatro años de vida de la Bahaus reflejan, no sólo un período en la historia del arte, sino a la historia misma, también porque la desintegración de una nación y de una era se refleja en ella.
Oskar Schhlemmer (1888-1943), pintor, escultor, diseñador y maestro de la Bauhaus, 1923
En 1928 Gropius decidió dejar la Bauhaus, quizás ante la inseguridad de un camino en que el industrial desplazaba poco a poco el espíritu de arte total manejado en los primeros años de la escuela. Hannes Meyer pasó a ser director por delante de las críticas y dimisiones de algunos miembros, y en el breve período en que estuvo al frente, se potenciaron los nexos con la industria y las ventas. También se creó un departamento de fotografía que aclaró que los anteriores métodos de Klee y Kandinsky, que defendían ser pintor por encima de todo, no tenían cabida en la modernidad naciente.
La Bauhaus fue un experimento pedagógico artístico, pero también la historia de Alemania compendiada.
Bauhaus moderna? El eclipse femenino
Nos manifestamos en contra de la formación de arquitectos mujer
Walter Gropius (1883 – 1969), arquitecto y director fundador de la Bauhaus
Pese como de fascinante y pedagógica fue la Bauhaus, esto no quita que se desarrollara con contradicciones y reservas. Una de estas fue la poca presencia femenina (o mejor, su barrera) entre sus miembros destacados.
Fue precisamente en el ámbito de la arquitectura donde la escuela se mostró con mayor desconfianza y prejuicios hacia la capacidad femenina. Quizás una de las realidades sociales donde la Bauhaus no estuvo a la altura de su modernidad.
Sin embargo, algunas mujeres que estaban interesadas en esta disciplina, se pudieron formar, a pesar de todo. Destacaron tres : Lotte Stam-Beese, Annemarie Mauck-Wilke y Wera Meer-Waldeck.
A Gunta Stölzl, no le quedó prisma por el que pasó a la escuela. Fue alumna, maestra de taller, profesora y también directora del taller de textil.
Otras figuras femeninas que llegaron a ser maestros en la institución fueron: Marianne Brandt, Anni Albers, Otti Berger y Alma Siedhoff-Buscher.
Marianne Brandt impresionó con sus proyectos a László Moholy-Nagy y consiguen algo insólito en la escuela: dirigir las clases de metal. La Bauhaus se hubiera arrepentido si hubiera permitido entrar a Brandt ya que a día de hoy es recordada por diseños tan conocidos como los ceniceros esféricos de metal o la lámpara Kanda 702, conocida como flexo hoy en día.
Anni Albers también se dedicó al textil para que la normativa de la escuela no le permitió estudiar pintura. Era una experta tejiendo y como alternativa a la pintura decidió crear tejidos pictóricos. Apasionada por el trabajo y por las composiciones de su maestro Paul Klee, tomó nota y convertiría sus obras textiles en lienzos. Sus trabajos eran tan buenos que después de una vida de mudanzas, investigaciones y arte, se convertiría en la primera mujer artista textil en exponer a modo individual en el MoMa de Nueva York.
Otti Berger se hizo un lugar en el ámbito de los tejidos y fue directora del departamento. Unió sus conocimientos con la influencia de sus compañeros y alumnos y fue la creadora de una de las tiendas de mayor fama berlinesa de la época: Atelier for Textiles.
El mobiliario y los juguetes infantiles también tuvieron cabida en la escuela y si hay una figura que los representa es la de Alma Siedhoff-Buscher. A pesar tuvo que pasar primero por el taller de tejidos, su insistencia y creatividad le permitieron ser la profesora de las clases de madera.
A pesar de la garantía de igualdad que el propio Gropius había verbalizado en su discurso inaugural (“no habrá diferencias entre el bello sexo y el sexo fuerte») mantuvo la mujer en los talleres, lejos de la arquitectura, corazón de la formación.
A día de hoy, las doctrinas de la Bauhaus siguen aplicándose y recóndito en las mejores escuelas de diseño, pero pocos son los nombres femeninos que se recuerdan entonces. Ellas, sin embargo, fueron, se formaron y dejaron un legado magnífico a la historia de la estética contemporánea.
La expansión de sus principios: Tel Aviv y Estados Unidos
Tel Aviv, «Ciudad Blanca», el mayor asentamiento Bauhaus del mundo
Tel Aviv nació en 1909 como experimento del urbanismo de ciudad jardín, surgiendo de la nada, en unos terrenos áridos y desérticos y en tiempo récord. Era urgente construir rápidamente para dar cabida a la afluencia de inmigrantes judíos que llegaban masivamente escapando de su persecución en Europa.
Cuando los nazis tomaron el poder en Alemania, muchos estudiantes judíos de la Bauhaus, que debería cerrar sus puertas, optaron por buscar refugio en Palestina. Y fue allí donde precisamente aplicaron los principios aprendidos en la escuela.
Una oportunidad perfecta para el planeamiento de una ciudad y su arquitectura para integrar los principios del movimiento moderno en un entorno virgen y local. Los fundamentos de la escuela alemana encajarían perfectamente con el objetivo urbanístico y el nacimiento acelerado de Tel Aviv.
El conjunto Bauhaus de Tel Aviv, la llamada Ciudad Blanca, integra unos 4.000 edificios que siguen los principios básicos de funcionalidad, economía en el uso de materiales y de espacio, simplicidad, líneas puras, paredes blancas y escasos elementos decorativos. Sin embargo, adaptaron la arquitectura a las condiciones ambientales del lugar y algunos muros cortina o grandes superficies vidriadas se redujeron considerablemente, a fin de limitar la entrada del calor.
La Ciudad Blanca fue declarada Patrimonio de la humanidad por la Unesco en 2003.
The New Bauhaus o el sueño americano de la Bauhaus
Cuando la Bauhaus cerró sus puertas, Gropius, Mies Van der Rohe y muchos otros miembros tuvieron que emigrar, principalmente a Estados Unidos, y contribuyeron en la difusión internacional de los principios de la arquitectura moderna. Estados Unidos fue el nuevo país de acogida e hizo eco de las ideas vanguardistas del programa de estudios de la Bauhaus, programa que cada uno de sus miembros aplicó en las diferentes universidades en las que desarrollaron su actividad profesional.
Gropius en Harvard y Mies en Chicago serían los artífices de nuevos planes de estudios en las Escuelas de Arquitectura estadounidenses con la huella Bauhaus.
Una vez desaparecidos estos dos grandes arquitectos, la Bauhaus en América se fue diluyendo en una arquitectura ausente de estilo y simple, de un solo uso. Sin embargo, la huella de la Bauhaus se mantuvo viva todavía durante unos 30 años.
Este año de aniversario se estrenará el documental The New Bauhaus, que explorará como László Moholy-Nagy llevó la sensibilidad de la Bauhaus en Chicago.
Moholy-Nagy comenzó un nuevo capítulo en la historia de la Bauhaus y fundó la escuela de diseño de medios de siglo más influyente de Estados Unidos, The New Bauhaus.
El documental hará una cobertura sin precedentes de una de las figuras más influyentes que pasaron por la escuela.
Implantado en el nuevo mundo, el concepto de la Bauhaus fue más fructífero que nunca. En las grandes ciudades norteamericanas se decidía el futuro destino del mundo industrializado.
Arte, vida y poder: la herencia de la Bauhaus hoy
Me sorprende lo que ha traído y llevado, hasta el abuso, la palabra evolución (…) Cambio no es igual que evolución
Pablo Picasso (1881-1973), artista.
En 1930, las autoridades municipales de Dessau despidieron Meyer. La última etapa de la corta vida de la Bauhaus se desarrolló en Berlin Y fue dirigida por Mies Van Der Rohe. Fue una etapa de resistencia. Mies intentó despolitizar la escuela después de la dirección de Meyer y la transformó más bien en una escuela de arquitectura.
Mies devolverá a la Bauhaus el planteamiento fundamentalmente estético que Meyer había rechazado a favor del utilitario social. Por esta razón, la escuela pasó de tener un carácter democrático y abierto a un autoritario tanto en los estudios como en los estatutos internos.
En 1931, los nazis ganaron las elecciones locales y cumplieron una de sus promesas de campaña, cerrar la Bauhaus.
16. Postal de Hitler sentado en una silla Bauhaus de tubo metálico. La nueva arquitectura que crearía la Bauhaus sería para obreros (la vivienda perfecta del trabajador) y renegaría de toda tendencia burguesa. Cabe destacar, sin embargo, que casi todos los individuos implicados en la escuela eran burgueses.
La escuela ha trascendido como referente de vanguardia y de modernidad; sus diseños y sus creaciones siguen siendo imitadas en la actualidad y forman parte de cualquier hogar de atmósfera arty o chic. Algunos de los objetos que provienen de la cocción Bauhaus:
17. Objetos diseñados a la Bauhaus y algunas imitaciones actuales: silla Wassily, Breuer; flexo metálico; imitación de la silla Cesca, inspirada en un diseño de Breuer, de 1928; cenicero diseñado para Marianne Brandt, la primera mujer admitida en el programa de metalistería de la Bauhaus, comercializado hoy por Alessi.
Quizás todavía no hemos digerido tanta modernidad y, eso parece seguro, hemos perdido su optimismo. Parece que hemos interpretado mal la desnudez de los edificios para democratizar la vivienda y hemos colapsado las ciudades con barrios que asocian mala construcción con arquitectura sencilla. Este año es una buena ocasión para visitar los edificios originales, tal vez aprendemos algo.
Tom Wolfe, en su libro «¿Quién teme a la Bauhaus feroz?» Retrata la rigidez de aquella modernidad arquitectónica sobre la manipulación del gusto del público. Quizás, en vez de la humanización necesaria de la inminente tecnología industrial, la Bauhaus (o su errónea interpretación) ha reforzado una ideología a favor de la producción capitalista.
Habría que replantear el momento actual de producción y consumo masivos. Una experiencia de crisis similar ya se vivió en los años 20 y la Bauhaus buscar soluciones para diseñar y vivir más humanamente en un presente (aquel) cambiando por la industrialización. El optimismo con que aquellos pioneros intentaron diseñar un presente más humano, nos ofrece hoy un modelo a seguir.
Parece ser que hemos cambiado el binomio diseño-vida por el consumo masivo de diseño global.
Nota del editor
Este artículo fue publicado originalmente en El Informatiu número 362- octubre, noviembre y diciembre 2019