La construcción del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia se ha convertido en un icono cultural y religioso para la ciudad de Barcelona y es uno de los monumentos más visitados en todo el mundo. Proyectada por el arquitecto Antoni Gaudí fue iniciado el año 1882 y hoy ya podemos decir que es posible que llegue a su culminación. Los equipos técnicos que trabajan aplican las tecnologías más avanzadas para resolver los principales problemas constructivos y de manera paradójica podemos hablar de la construcción del Templo como uno de los principales laboratorios para la investigación y la innovación en construcción. L’Informatiu entrevista los técnicos responsables de esta obra singular para conocer con más detalle el proceso que se está siguiendo.
“Lo inacabado tiene un profundo encanto, esta fuerza rota, este impulso ininterrumpido, este vuelo detenido… ¿Qué hubiese podido ser y donde hubiesen podido llegar?”
Azorín (1873-1967)
¿En qué momento del proceso de ejecución nos encontramos actualmente y con que previsión se trabaja?
Ramon Espel: “Actualmente hay un 60/65% de la obra ejecutada. El timing se va cumpliendo y es muy posible que la fecha de finalización sea el 2026 tal como está previsto”.
Carles Farràs: “El reto es mayúsculo. En 135 años ha llegado al 60-65% y, ahora, en nueve años se podrá ejecutar casi el 40%. El reto se podrá alcanzar gracias a las nuevas tecnologías”.
RE: “Si, el objetivo es el 2026. Este dato incluye el edificio como armazón, sin abastecer algunos elementos escultóricos, como por ejemplo, la fachada principal de la cual aún se desconoce cual será el diseño y su autor.»
“Ésta será una decisión que ya vendrá en su momento y está en manos de otros departamentos. Se está planteando incluso si el autor ha de ser un escultor… ¿un escultor estrella es una opción acertada? ¿Sería Jeff Koons, entonces, una posibilidad? (ríen) ¿Puede ser un escenógrafo? ¿Existe este escultor? ¿Puede que todavía sea muy joven? ¿Se podrían utilizar otros métodos más avanzados y menos artesanales que los empleados en las fachadas existentes?»
CF: “A demás, los dos estilos de fachadas actuales son claramente y definidamente distintos: La fachada del Nacimiento es un pesebre, una historia de vida, alegre. La fachada de la Pasión, en cambio, habla sobre la muerte, más tétrica y dramática. Éstas eran decisiones que Guadí tenía ya muy claras. Pero, en cambio, ¿qué fisonomía ha de tener la fachada de la Gloria? Ya lo veremos, está por decidir.»
RE: “Este año 2017 se están cumpliendo las expectativas, el programa está avanzando encajado en la previsión. El 2018 parece que también podrá ir según lo previsto. Pensamos que a medida que subimos en altura, las piezas a colocar son más pequeñas y la obra avanza rápidamente al ojo de la ciudad. El 2018-2019 veremos como el skyline de Barcelona será muy diferente. Los edificios más altos de la ciudad, normalmente, los encontramos al lado del mar y tienen como máximo 150 metros. La Sagrada Familia, con una altura superior (el punto más alto de la Torre Jesucristo tendrá 172,5 metros) y, además, con 30 metros de desnivel por encima del nivel del mar: ¡imaginemos esta proporción!”
¿Cuáles son las dificultades técnicas más importantes que os encontráis actualmente en este proceso: estructuras, medios auxiliares, seguridad…?
RE: “Relacionado con este 35% que resta y, aunque hemos avanzado mucho en los últimos años con nuevos medios, sobre todo en el premontaje, el hecho de construir las seis torres centrales al mismo tiempo no es nada fácil. “
CF: “A nivel de producción, hay un gran volumen de elementos distintos que se producen fuera: elementos de piedra (con geometrías muy exactas), estructuras metálicas de acero inoxidable, prefabricados de hormigón, carpinterías metálicas, etc. Tenemos 50 empresas que han de coordinarse para llegar a la obra al mismo tiempo. Es como el conjunto de un tren, y es necesario que no descarrile ningún vagón. Sería esta gran complejidad logística la dificultad que destacaría en mi ámbito.
“A lo mejor, la parte más anecdótica es el propio montaje en obra. Las piezas vienen montadas des de 85 kilometros, se transportan, se abren y, sin descargarse, se colocan desde la grua directamente. Este proceso requiere un control exhaustivo en cada una de sus fases. Se toman decisiones continuamente, controles de calidad, elección de materiales, diseños…”
¿Nos podríais explicar como es el día a día de la obra?
CF: “Es muy variado. Una de las cosas más curiosas es que, aunque llevemos 23 y 21 años respectivamente, no hay ningún día igual. Es una obra muy cambiante, es como si cada parte fuera un proyecto distinto. Cada organización es distinta, los medios auxiliares son diferentes, los materiales… Suele ocurrir que tenemos una agenda definida, pero, surgen imprevistos y las tareas de aquella jornada cambian. Aun así, vamos cumpliendo calendario. “
RE: “Concretamente hoy, sé la hora en la que he entrado, pero no sé a qué hora saldré. La semana que viene se entrega el proyecto de la torre principal. Y estamos terminando el Plan constructivo. Es un momento histórico”.
CF: “Hoy, por ejemplo, hemos tenido reunión a las 8 h con el arquitecto director para organizar el programa de la semana. Después a las 9:30 h, una reunión de dos horas con todos los participantes de la obra para organizar los distintos proyectos. A las 12 h hemos tenido otra reunión para hablar del pavimento del Templo (que no será el actual), después hemos tenido una comida con unos técnicos de visita y, antes de que llegarais, estábamos reunidos con la persona que lleva los presupuestos, para hablar de las desviaciones presupuestarias de este mes. Cuando marchéis, aun tendremos temas. Éste es nuestro día a día.
Seguramente una obra tan singular como ésta también presenta problemas singulares. ¿Se podría decir que su ejecución ha comportado una tarea paralela de investigación?
CF: “Totalmente. Es necesario investigar siempre, en todos los ámbitos y para todas las piezas y materiales. Estamos yendo al límite de la exactitud en muchos de los materiales con los que trabajamos. Utilizamos, a veces, materiales no habituales, y no encontramos empresas que existan en el mercado. Debemos buscar empresas muy bien preparadas que puedan asumir este salto cualitativo y poder ejecutar aquello que tienen previsto. Intentemos buscar empresas que sean las mejores y que tengan ganas de efectuar este salto. Esto nos lo encontramos en el día a día de la obra, en la ejecución de cada una de las partes, por su singularidad. Nos vamos actualizando a medida que evolucionan las tecnologías. De hecho, éste es un tema esencial y en coherencia con la filosofía proyectual de Gaudí: Gaudí proyectó un edificio que con las tecnologías de su época no era posible desarrollar. Cada fase se ha podido ejecutar gracias a que en cada momento se han introducido nuevos avances… Guadí pensaba, pues, en tecnologías que aun no existían… todo un visionario.”
Ramon Espel saca un libro grueso sobre el proceso constructivo del Empire State de Nova York en los años 30. El Empire State fue la obra pionera en el premontaje que hemos aplicado a la Sagrada Familia. Aun así, no se ha superado su ritmo de obra: se construyó en 410 días (¡en los años 30!). La Sagrada Familia se está construyendo desde hace ya 10 años a 85 kilómetros de distancia, en dos solares, para así facilitar la viabilidad del proceso constructivo. El Empire State tenía seis solares de montaje y algunos problemas más de transporte (los atascos de tráfico para entrar en Manhattan). La Sagrada Familia es el primer rascacielos del mundo hecho con piedra masiva postensada.”
¿Ha tenido alguna repercusión la construcción de la Sagrada Familia en la revitalización de los oficios tradicionales?
RE: “Unos años atrás, sí. Ahora, la máquina también se utiliza mucho. Es verdad, pero, aunque sean presentes las máquinas, es necesario el oficio de aquellos que las manipulan. Tampoco son las máquinas habituales de otras obras, se han de conocer y no lo hace cualquiera.”
CF: “Los ha perdurado un poco. Hemos tenido gente de oficios de todo tipo (canteros, vidrieros, herreros, operarios expertos en vuelta catalana, etc. ) y algunos incluso se han formado aquí en la obra.»
“Actualmente, las seis torres principales del cimborio (la de Jesucristo, Madre de Dios, y los cuatro Evangelistas), todas, tienen un acabado manual. Están hechas con máquinas, pero el acabado, la textura, son manuales, y esto tampoco lo hace cualquiera sin oficio. Y no hablamos de escultores, sinó, de alguien que sepa trabajar el acabado material. La Sagrada Familia está ayudando a hacer prevalecer estos oficios, sí. Contribuimos a que no mueran, en cierta manera.”
Y para la tría de materiales, ¿cuáles son los criterios?
RE: “En cuanto a los materiales, tratamos de que sean los mejores, sean de donde sea, tal y como tenía previsto Gaudí. Encontramos vidrios de Murano, piedras de la India, Alemania, Brasil, Inglaterra, etc. Cada arquitecto que ha ido pasando por la obra ha ido eligiendo los materiales y su fuente.
CF: Para que las nuevas torres tengan apariencia similar a las de Gaudí, hemos buscado piedra similar a la de Montjuic, tanto en su esencia física como en su estética, con su variedad cromática: intentamos imitar el Montjuic que ya no tenemos. Tenemos una persona que se dedica exclusivamente a esto, y va buscando por todas las pedreras del mundo: digamos, un ojeador. Se traen aquí unas muestras, se hacen análisis de resistencia, durabilidad, se analiza también su estética y se introducen en una especie de catálogo para que los arquitectos puedan hacer la elección entre todas ellas. Ahora, por ejemplo, en cuanto a la piedra, trabajamos con una mezcla de canteras: no hemos encontrado una cantera que, como en Montjuic, tuviera cinco o seis colores y tipos diferentes, por lo tanto, hacen falta todas estas piedras de distintas procedencias.
“Después, se hacen seis o siete controles de la piedra, empezando desde su extracción en la canteraa. Una vez llegado al almacén, se hace otro control. Después, un ensayo de comprensión de cada plancha para ver si alcanzará la resistencia deseada. Después de cortar-se, se vuelve a hacer un control de cortado. Se lleva a la industrial y entonces, se vuelve a hacer otro control. Finalmente. Se hace otro control dimensional para comprobar su geometría. En estos controles se da una tolerancia de tres milímetros (estamos hablando de piezas de 4 metros). Y, en algunos casos, se exige tolerancia cero, a causa del tipo de piezas y la exigencia de su montaje. Cuando llega a la obra, aun se hace otro control. Es un control absoluto (y de cada piedra).”
¿Cómo se ha estructurado la organización de una obra de estas características?
RE: “En estos momentos, es una mezcla de especializaciones en las que se ha invertido, potenciando su formación. Intentamos especializar al máximo. Troceando al máximo la obra con tal de adjudicar cada parte a aquel especialista que mejor lo puede ejecutar. Por ejemplo, en el corte del hormigón, o en el tema de las torres, han aparecido toda una serie de industriales de acero (provenientes de Inglaterra y Alemania) que sólo hemos encontrado en el País Vasco y Valencia: empresas que hagan estas megaestructuras y hagan el control numérico de la décima de milímetro. Sólo en las torres, hay cincuenta empresas. La colocación es un rompecabezas y no puede fallar, pero es, de hecho, lo más anecdótico.”
¿Cómo se gestiona el paso del tiempo en la obra?
RE: “La razón de continuar ha hecho reforzar la parte antigua. Ha habido, no sólo restauración, también correcciones de la estructura: la técnica del momento, era otra. Ahora, la estructura vieja, además, se apoya sobre la nueva. Hay un Plan de mantenimiento y a medida que se va ejecutando la obra, se va proponiendo también. El 2026, el Plan de mantenimiento estará a punto, para que no haya necesidad de ser restaurada. A demás, los materiales ahora son más duraderos: los hidrofugantes que antes en el exterior podían durar cinco o seis años, ahora con nanotecnología, mínimo 10 años… o el mundo del titanio, que sustituye al latón y el hierro, o las resinas…”
Como técnicos, ¿qué os ha aportado vuestra participación en la dirección de esta obra?
CF: “Trabajar en un edificio como éste y poder contribuir en un edificio único en el mundo llena mucho. A veces, sin embargo, me olvido de este privilegio y han de venir otros a recordármelo. Cuando hago visitas con técnicos externos y les explico el trabajo y el estado de las obras, recuerdo la grandiosidad de mi trabajo. Antes lo compaginaba con proyectos externos (de otra índole, por supuesto), era una manera de tocar con los pies el suelo y comparar, porqué esto es un mundo irreal, trabajamos como en una burbuja extraordinaria. La verdad es que siempre que he hecho otros proyectos fuera, he relativizado mucho más las dificultades. Toda obra presenta problemas menores a los que nos podemos encontrar en la Sagrada Familia.»
¿Habías soñado nunca con la finalización de esta obra?
RE: “Sí, pero no desde el primer momento. A partir del cambio de siglo, en el año 2000, con la recuperación económica, se empezó a ver un horizonte de finalización. El año Gaudí (2002) se incrementó bastante el turismo (no olvidemos que el turismo financia las obras en gran parte).
“La cifra de turistas se mantuvo alta el 2003 y no ha bajado desde entonces. El año 2010, con la visita del Papa y la retransmisión por la televisión, se experimentó otra subida. La previsión parece estable.”
CF: “Nos planteamos, si embargo, una cuestión: ¿tendrá la Sagrada Familia la misma atracción y encanto como obra acabada? ¿Os imagináis Notre Dame en construcción? ¿Os imagináis la Sagrada Familia terminada?»
Siempre ha habido el cuidado de eliminar las grúas en las imágenes de postal que se comercializan sobre la Sagrada Familia (el gruista que trabaja hace unos años, un gran profesional, apuntaba Espel, estaba muy enfadado por el hecho de que se eliminara la imagen real con la grúa incluida, su ámbito de trabajo). Actualmente, y según un quiosquero de la Rambla, la postal más vendida de Barcelona es la de la imagen de la Sagrada Familia, pero no la real, sino el fotomontaje que muestra la simulación del Templo terminado.
Hemos terminado la conversación y Ramón se pondrá inmediatamente a trabajar para terminar el plan constructivo de la torro de Jesucristo (la más alta de todas), que esta semana se hace la entrega del proyecto entero. Carles espera la visita de un proveedor para analizar el estado de sus producciones. Son las siete de la tarde y tienen una energía fresca como si fueran las ocho de la mañana: transmiten un entusiasmo que se contagia.
Mientras tanto, fuera del despacho, continua la vorágine humana peregrinando a la obra: transmiten un espíritu devorador que contamina. ¿Es el turismo una forma moderna de peregrinaje o de religión? Y al contrario, ¿la peregrinación tiene una dimensión turística? Viendo la escena turística de los alrededores del Templo, parece haber algunos lugares comunes turísticos, o turismo religioso, o religión turística… Entusiasmo de masas, amén.
Se entiende por masa la agrupación humana con las características de pérdida de control racional, mayor sugestionabilidad, contagio emocional, imitación, sentimiento de omnipotencia y anonimato para el individuo.
La situación urbanística, per Josep Olivé
Cuando en el 1883, Antoni Gaudí substituyó a Francisco de Paula del Villar como arquitecto de la Sagrada Familia, se encuentra, por un lado, la demanda del cliente, Josep Maria Bocabella, fundador y presidente de la asociación que impulsó el templo, de hacer “un proyecto original y que no tuviera nada a ver con ningún [de las iglesias] existentes” (1). Por otro lado. Gaudí se encuentra con unas obras ya empezadas de un proyecto muy discreto – precisamente el proyecto con el cual se pidió el permiso de obras al Ayuntamiento de San Martín de Provenzales – (2) tanto en ambiciones como en proporciones arquitectónicas, y del cual ya estaba medio hecha la cripta. Por lo tanto, una parte de la iglesia ya estaba fija en el lugar y no era cuestión de derruirla, con los pocos ingresos que tenía la asociación con tal de continuar las obras.
Como la propuesta de Gaudí para dar satisfacción al cliente tenía unas dimensiones mucho más grandes que las del proyecto de Villar y la situación del ábside ya estaba fijada, el solar se quedó pequeño. Pero Gaudí no se rindió por este hecho e hizo una propuesta, que a mi me parece la más moderna de las aplicadas en la Sagrada Familia: elevar la plaza delante del templo, que debía de ser de unas dimensiones proporcionadas a la de la iglesia y por lo tanto enorme, por encima de la calle Mallorca, ocupando buena parte de la manzana continua, pero sin cortar la calle sino haciendo que el tránsito pasará por un puente debajo la plaza (4). Esta solución que tenía de moderno el separar el tránsito rodado del de peatones, le daba la posibilidad de crear un espacio exterior enorme y muy cómodo, y alargar la iglesia hasta el límite de la calle Mallorca. Sólo tenía un problema: el terreno de la otra manzana no era de la Asociación Espiritual de la Sagrada Familia.
Se conocen varios croquis del mismo Gaudí y propuestas de otros urbanistas para dejar espacios libres al entorno de la iglesia, que no fueron llevados a cabo nunca. En las manzanas de alrededor del templo se fueron construyendo edificios según la trama Cerdà y con las ordenanzas de cada momento, excepto la manzana limitada por Provença, Mallorca, Sicília y Sardenya, que -si no me equivoco- nunca fue edificada sino convertida en espacio verde cuando el Ayuntamiento se hizo con la titularidad del suelo. En cambio, la manzana entre Marina y Lepant, actualmente la Plaza Gaudí, fue expropiada y derrocada por el Ayuntamiento y, a principios de los años 80 convertida en parque por Rubió y Tudurí, en la que fue su última obra antes de morir.
Para ser exactos, en esta manzana, lo demás para recuperar el frente de la calle Lepant, ocupa todo ello – excepto la esquina con Provença- por edificios de gran altura construidos en las primeras décadas del siglo X. Del mismo tipo y época son la mayoría de los edificios construidos en la isla que Gaudí previó como plaza de entrada principal al templo, por la fachada más importante, la de la Gloria, pero una buena parte son de menor altura, sobre todo las que dan a la calle Valencia y al pasaje de Font.
Afectaciones y expropiaciones
La recuperación de valor de la obra de Gaudí y la importancia a nivel de símbolo religioso a la vez que arquitectónico del Templo hicieron que el Plan General Metropolitano de Barcelona (PGM) aprobado definitivamente el julio de 1976 – ya después de la muerte de Franco pero todavía sin ayuntamientos democráticos- declarara como zona 17/6 (es decir, renovación urbana, transformación del uso existente, parque y jardín urbano) la franja central de la manzana de delante de la fachada de la Gloria y también la de la siguiente manzana entre la calle Valencia y la calle Aragó, respetando los frentes edificados de las calles verticales, Marina y Sardenya, posiblemente porque existen edificios de mayor envergadura y más nuevos. Tiene el inconfundible sello de las promociones del año 70 de Nuñez y Navarro. Es éste uno de los episodios más oscuros del urbanismo barcelonés ya que la fecha oficial del cadastro de construcción de este edificio es de 1970. Esto cuadraría con una información pendiente de contrastar, sobre que el edificios se hizo no en propiedad sino en usufructo del terreno y, por lo tanto los propietarios no lo son en realidad. Esto haría que, cuando el Ayuntamiento lo solicitara, tendrían que salir sin derecho a indemnización, un trato como éste se entendería en los años 70 cuando las obras de la Sagrada Familia avanzaban a un paso tan lento que la previsión de afectación era, por lo menos, de 200 años, pero actualmente se les habría girado totalmente en contra.
Por otro lado, en unas recientes declaraciones a la televisión (5), el que fue arquitecto jefe de la Sagrada Familia hasta su jubilación, Jordi Bonet, afirmó que sabían la voluntad de NyN de construir en aquel solar y que se opusieron pero el Ayuntamiento les dió la licencia de obras.
Por otro lado, ¿siendo el edificio de 1970 podría afectar-le el PGM de 1976? Probablemente sí porque la aprobación definitiva puede retardarse años, desde que se hace la planificación urbanística, pero esta planificación ya tiene cierta validez, desde el momento en que se aprueba por primera vez. Además, los ayuntamientos tienen la potestad de paralizar licencias con anterioridad cuando se prevé un cambio en la planificación urbanística y, por lo tanto, podrían haber evitado que la licencia entrara en trámite (6). De todos modos, como en el reciente caso del plan de hoteles, se comprueba que no siempre un ayuntamiento está a tiempo de impedir la concesión de licencias si este trámite se ha iniciado con anterioridad a esta voluntad.
En cualquier caso, el edificio de NyN, como todos los otros que están afectados, puede ser expropiado -si es de titularidad privada- en el momento en que se pueda justificar esta expropiación, pero el procedimiento para gestionarla no está definido. Y al menos todavía se ha de fijar una fecha. Aunque los promotores prevén acabar la Sagrada Familia de aquí a nueve años, puntualizan sin embargo que en esta fecha estará acabado el edificio y por lo tanto se da a entender que no se incluye el entorno. Por su parte el consistorio actual tiene otras prioridades más inmediatas en relación a la Sagrada Familia como son encontrar solución a las difíciles relaciones entre los vecinos y los visitantes del tempo o los temas de seguridad.
Visitantes y vecinos
Desde el punto de vista arquitectónico -o paisajístico, si se quiere- la afectación del PGM deja al descubierto los patios y fachadas posteriores de los edificios de Sicilia y Marina, que presumiblemente estarán en un estado tan lamentable como el que tienen actualmente la mayoría de los de la calle Padilla en sus fachadas que dan a Plaza Gaudí. En este caso sin emargo, el efecto estético es menos grave porque están alejadas del Templo y se han podido ocultar con vegetación.
Además es una situación provisional, de larga provisionalidad, es cierto, pero provisional. En cambio, en las de la fachada de la Gloria la situación sería definitiva, estarían mucho más cercanas al edificio y enmarcarían de manera muy contundente la perspectiva del Tempo y el espacio urbano de la nueva plaza. Por este motivo se debería de pensar en hacer algún tipo de actuación que permitiera dignificar estas fachadas y, a poder ser, sin crear pantallas ni decorados vacíos sino con construcciones útiles y vivas. Y, para terminar, el subsuelo de la plaza debería de solucionar el problema de las enormes masas de gente que visitan la Sagrada Familia, como mínimo en forma de aparcamiento para a autocares y como espacio de reunión y enlace con el Templo para los visitantes.
Notas
(1) Citado de Gaudí, el hombre y el genio. Josep Maria Poblet. Ed. Bruguera
(2) Según parece se solicitó, pero no hay ningún documento donde conste que se concediera o se pagara. En todo caso nunca se renovó la licencia ni ningún ayuntamiento pidió nunca el impuesto correspondiente.
(3) Otras propuestas que Gaudí aplicó, como evitar poner confrontes en las metas, son técnicamente geniales pero funcionalmente obsoletas por entonces porque la construcción en acero con elementos trabajando la flexión tenía una eficiencia mucho más mayor que la de los arcos de catenaria y parabólicos de Gaudí.
(4) Aunque se ha de reconocer que estaba muy cerca de los urbanistas más visionarios de la época, desde Henard a Garnier o el mismo Cerdà.
(5) Programa Trenta Minuts de TV. Sagrada Familia, cuenta atrás emitido el 18/06/2017
(6) De hecho actualmente el solar del número 424 de la calle Mallorca está afectado por esta paralización.
Autoria de les fotos: Chopo
Nota del editor
Este articulo fue publicado originariamente en L’Informatiu número 353 de setiembre de 2017