Hace un tiempo el Colegio me pidió escribir un artículo sobre el nuevo perfil profesional del arquitecto técnico (1). Ya lo dije: «vienen buenos tiempos para el aparejador», y así ha sido. No para todos, quizá sin las alegrías esperadas o vividas en el pasado que sin duda no volverán. Pero estamos viviendo un momento de ciclo económico donde la construcción de viviendas en particular y la edificación en general vuelven a mostrar unos volúmenes de actividad dignos y adecuados a la realidad económica y social que nos rodea.
Las maneras de hacer condicionan claramente la calidad de los profesionales de un sector.
Cierto que lo hace muy lastrada por las viejas prácticas y ciertas dinámicas tóxicas que nos han acompañado durante los últimos años y que han deteriorado la imagen del sector y el prestigio de sus profesionales hasta convertirse muchas veces el ejercicio de la profesión en algo duro. Son muchos los aparejadores que después de una entrevista o una reunión de trabajo, me han confesado con nostalgia aquello de «construir y construir bien en este entorno es muy difícil, sino imposible».
Esta es una realidad que todos conocéis, y yo como experto en personas y organizaciones, sólo os puedo confirmar lo que ya sabéis, este no es el camino. Este es un camino que nos llevará, sin duda a seguir dañan las condiciones laborales de todos, asalariados y profesionales liberales, los resultados de las compañías y el prestigio de la profesión.
No me toca a mí, y no lo haré, hablar de cómo cambiar las prácticas del sector, pero sí que quiero poner de manifiesto que las maneras de hacer condicionan claramente la calidad de los profesionales de un sector y los roles que acaban desarrollando. Quizás en otro momento.
La figura del aparejador
Me toca hablar, como experto en personas del sector, de cómo está evolucionando la figura profesional del aparejador. De lo que el mercado empieza a valorar ya hoy, y que seguro, pedirá en el futuro. De los viejos y los nuevos roles profesionales.
Hay que estar preparados, porque en los próximos años los incipientes cambios que estamos empezando a ver se acabarán de consolidar para modificar definitivamente los roles a desarrollar dentro del proceso constructivo y las competencias demandadas a quienes los desarrollen. Estos cambios vienen de la mano de tres factores sistémicos que según mi juicio están ya modificando el sector, así como a sus profesionales. Por un lado, el nuevo inversor, privado y a menudo de muy lejos, impone unos criterios de certeza técnica y económica que están poniendo en valor a los proyectos como elemento de referencia del proceso constructivo y su exhaustivo control económico, pero con una visión anticipada.
Aparejadores con un perfil más técnico y tecnológico
¿Y estos cambios de enfoque … cómo cambiarán el perfil competencial del aparejador? Y, sobre todo, ¿qué nuevas ocupaciones demandarán arquitectos técnicos?
Una vez pase este corto espacio de bonanza, no más allá de 2021, ya no volveremos a contratar gestores de costes, negociadores de trinchera que consiguen que las cosas se hagan por el coste establecido. Estos profesionales, de los cuales hay muchos, quedarán en vía muerta y dejarán paso a los nuevos profesionales.
Profesionales aparejadores con un perfil mucho más técnico y tecnológico. Que trabajarán con un concepto de proyecto ejecutivo dinámico, y que gracias a las nuevas tecnologías como el BIM podrán hacerlo con mayor nivel de previsión y certeza. Siempre con la capacidad de liderar personas y equipos multidisciplinares con entornos colaborativos. Serán más escuchados y respetados porque aportarán más valor con sus decisiones dentro del proceso constructivo.
Los nuevos perfiles deberán dominar el BIM, una metodología que se convertirá en universal, como lo fue en su momento y salvando las distancias, el Autocad. Los proyectos son la base de todo y deben ser el principio sobre los que volvemos a consolidar unas buenas prácticas de gestión.
Y el BIM ya se ha consolidado como la tecnología de apoyo del proceso, al menos para el mundo de la edificación.
Perfiles profesionales emergentes
El project manager será una de las funciones más demandadas. Gente formada y certificada, que garantice un nivel alto de conocimiento y de experiencia, para gestionar de forma ordenada y previsible un proyecto desde su globalidad técnica, económica, jurídica, de innovación …
El project manager se convertirá en una figura esencial, eje del nuevo proceso constructivo, ya que él tiene que alinear las dimensiones técnicas, económicas y ejecutivas del proyecto, liderando cada dimensión y haciendo posible alcanzar los diferentes objetivos de cada uno de los stakeholders.
Y lo más importante de todo, el project manager debe liderar el nuevo enfoque que debe poner el cliente en medio de todo. Como razón principal, pasando de ser un gestor de recursos o un técnico a ser un asesor experto con capacidad para prescribir, el que interpreta y aconseja al cliente técnicamente y dirige la gestión del proyecto para alcanzar las expectativas generadas.
Por fin el cliente llega al sector. ¡Cuánto de bien hará el project management al proceso constructivo y el sector en general!
Se acabó el trabajar con un básico e ir tomando decisiones reactivas a medida que son necesarias. A todos los agentes que intervienen en el proceso constructivo, los malos proyectos les han costado ya mucho dinero y demasiados dolores de cabeza.
Por otra parte, en el nuevo entorno competitivo, de márgenes bajos y estables que se deben hacer rentables, porque, no está de más recordar que las empresas tienen que ganar dinero para ser sostenibles, nos llevan a todos a trabajar con entornos de colaboración y de confianza, elementos imprescindibles para alcanzar resultados. Tenemos que pasar de la pura y dura negociación de costes, siempre basada en la desconfianza, a las prácticas de colaboración que nos ofrecen los libros abiertos y los contratos IPD.
Si, ¡cuesta !, soy consciente. Cuesta romper con ciertas dinámicas, y puestos a hacerlo, que sea el otro el que dé el primer paso. Pero hay empresas que ya lo han hecho y con excelentes resultados. No hace muchos días hablando con un director general de constructora, de gran constructora de ámbito catalán, me contaba que ya terminan los primeros proyectos contratados hace 2 años con el modelo de libros abiertos y que la experiencia ha sido mucho más positiva de lo que esperaban. No sólo han trabajado mucho mejor y más coordinados con propiedad y subcontratistas, sino que todos han ganado dinero y el cliente ya les está hablando de más proyectos … con libros abiertos, claro.
Por último, pero no menos importante, unos cambios de mentalidad del cliente y de las necesidades de la sociedad en general que está apostando por la sostenibilidad y la eficiencia energética. Que demanda soluciones para compartir espacios y recursos en las nuevas viviendas, que empieza a plantearse que hacer con un parque de edificios que, envejecidos y energéticamente obsoletos, habrá que reformar.
Debemos pasar
de la pura y dura
negociación de
costes … a las
prácticas de
colaboración que
nos ofrecen los
libros abiertos y los
contratos IPD
Los clientes, fondos de inversión, las nuevas propiedades que buscan más seguridad en las decisiones y eficiencia en la gestión, demandan dentro del proceso constructivo la incorporación del rol de quantity Surveyor. Un profesional que desde el proyecto y las mediciones garantice la ejecución económica del proyecto, siendo el garante de la propiedad en estos aspectos.
La nueva construcción más sostenible y amigable con el entorno y el medio ambiente, donde las soluciones constructivas y sobre todo los nuevos materiales y la incorporación de la tecnología y la domótica en los hogares, piden profesionales construction innovation managers. Profesionales expertos en todo el ciclo constructivo que a la vez conozcan las diferentes soluciones de tecnología y de materiales para integrarlas en los hogares.
Los nuevos usuarios no buscan tener pisos, buscan disfrutarlos. Los espacios comunes, la confortabilidad, la gestión energética y la amigabilidad de los materiales serán tan o más importantes que los metros cuadrados. ¡Ah! y vamos pensando en que hacemos con los parkings para darles utilidad.
No hay recetas mágicas, pero cuando algún profesional se acerca a mí y me pide consejo, no lo dudo: ¡señores aparejadores!
- Pongan en valor los proyectos y trabajen en BIM.
- Impongan una manera colaborativa de trabajar, con confianza y libros abiertos.
- Resitúen su rol como líderes del proceso constructivo … project managers.
- Aporten seguridad económica, técnica, jurídica … a sus stakeholders.
- Apuesten por la innovación en el proceso constructivo y la incorporación de la tecnología en los hogares.
- Y serán plenamente empleables en un futuro. apasionante y mejor. Por lo menos, mejor para los project managers, los quatity surveyors y los construction innovation managers.
Autoria de les fotos: Jan Dinarès
Nota del editor
Este artículo fue publicado originalmente en El Informatiu del CAATEEB núm. 362- octubre, noviembre i diciembre 2019.